jueves, 2 de febrero de 2012

Islas de paz



Cuando nos proponemos ciertos cambios con el propósito de incrementar nuestra satisfacción personal, con frecuencia establecemos como prioridad construirnos “islas de paz”. Espacios preservados de los problemas cotidianos, tiempos y/o lugares en los cuales gozar de una pausa en la cual regenerarnos para, luego, retornar con energía renovada a las luchas habituales. Una isla de paz, un “spa” para el cuerpo, la mente y/o el espíritu.
Así, hacemos de ciertos tiempos y/o lugares, santuarios a salvo de la aceleración y el agobio con que vivimos fuera de ellos. Puede ser la oración, la meditación, una caminata, el yoga, alguna sesión terapéutica, la práctica de cualquier actividad con la cual logremos “des-enchufarnos”, etc. Un espacio en el que logramos sentirnos bien, y del cual salimos llevando una cierta cuota de paz para proseguir nuestras rutinas diarias.