sábado, 25 de junio de 2011

Un pequeño cuento hindú (3)


El árbol que materializa los pensamientos
Cuenta esta historia que hace mucho, mucho tiempo, un hombre llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente extenuado bajo un sol implacable. Exhausto y sin poder dar un paso más, se echo a descansar bajo un frondoso árbol.
El suelo estaba duro y el hombre pensó lo agradable que sería poder contar en esos momentos con una confortable cama.

miércoles, 22 de junio de 2011

Otro pequeño cuento de Anthony de Mello (2)



(Del libro “La oración de la rana”)
Un gran y estúpido rey se quejaba de que la aspereza del suelo lastimaba sus pies, de manera que ordenó alfombrar de cuero todo el país.
El bufón de la corte se mataba de risa cuando el rey se lo contó. «¡Es una idea absolutamente absurda, Majestad!», exclamó. «¿A qué viene un gasto tan innecesario? ¡Mandad cortar dos trozos de cuero y protegeos con ellos vuestros reales pies!»
Así lo hizo el rey. Y así se inventaron los zapatos.
El que ha alcanzado la iluminación sabe que, para que no haya dolor en el mundo, uno ha de cambiar su corazón, no el mundo.

sábado, 11 de junio de 2011

Un pequeño cuento de Rabindranath Tagore


El regalo
Quiero hacerte un regalo, hijo mío, pues la vida nos arrastra a la deriva.
El destino nos separará, y nuestro amor será olvidado.
Ya sé que sería demasiada ingenuidad creer que puedo comprar tu corazón con mis regalos.
Tu vida es aún joven, tu camino largo. Bebes de un sorbo la ternura que te ofrecemos, luego te vuelves y te vas de nuestro lado.

viernes, 10 de junio de 2011

Manifestar lo nuevo (Parte II)



En la primera parte del artículo, nos habíamos ocupado de qué ocurre cuando nos abocamnos a la consecución de logros desde el punto de vista de creernos seres incompletos a quienes aquellos vendrían a completar.
En esta segunda y última parte, daremos un vistazo a qué es lo que ocurre cuando, en cambio, nos consideramos seres completos.

miércoles, 8 de junio de 2011

Manifestar lo nuevo (Parte I)


“Para lograr algo que nunca antes lograste, tendrás
que ser alguien que nunca antes hayas sido”
(Les Brown)

En alguna ocasión hablamos sobre el tema de los logros[1]. A grandes rasgos, señalábamos que podíamos enfocarlo como algo externo que necesitábamos tener para sentirnos completos, o bien como manifestación exterior de la completitud que ya experimentábamos. Básicamente, la distinción deriva de la respuesta quedemos a estas dos preguntas: ¿por qué aspiramos a ese logro? y ¿cómo creemos que lo obtendremos?

domingo, 5 de junio de 2011

Reinventarse


“Si quiere reinventarse enfóquese en lo que quiere y no en lo que teme”
(Mario Alonso Puig)

Hemos hablado esta semana acerca de que vivir conlleva, necesariamente, correr riesgos, y que para vivir una vida con sentido no se trata de escondernos para mantenernos a salvo, sino de manifestar nuestro ser expresando contenidos que, a pesar de esos riesgos, justifiquen nuestros días.
También vimos que los problemas que experimentamos, quizás no radiquen tanto en lo que solemos creer, sino que esas causas que identificamos sean sólo aspectos de un panorama más complejo.

Un pequeño cuento sobre Ikkyu


Ikkyu, nacido en 1394 en un suburbio de Kyoto (y fallecido en 1481), fue un monje del budismo zen nada común, al punto de ser llamado “el santo lujurioso” y muy conocido por los poemas que escribió. Criticó la hipocresía que veía en los monjes, durante mucho tiempo vivió como un mendigo, y trató de realizar su tarea al margen de las instituciones religiosas formales. Se dice que fue hijo ilegítimo del centésimo emperador japonés Go-Komatsu (1377-1433, y emperador desde 1392 a 1412).

viernes, 3 de junio de 2011

Agua


“Toda el agua del mundo no puede hundir un barco, hasta que el agua llegue adentro de él”
 (Ed Forman)

¡Es cierto! Imaginemos la situación que imaginemos, no es el agua, por sí sola, la que hunde el barco. Pensemos en un ejemplo extremo, en el relato bíblico del diluvio universal. Podemos albergar muchas preguntas y dudas acerca de él, pero el hecho de que el arca de Noé navegue y navegue, sin importar cuánta agua haya, no nos resulta inverosímil.