viernes, 28 de enero de 2011

Un pequeño cuento de Henri Nouwen


Ego y Espíritu

Dos bebés se encuentran en el útero, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu.
Espíritu le dice a Ego:
-Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento.

Un pequeño cuento de Álvaro Yunque



La obra maestra

El mono tomó un tronco de árbol, lo subió hasta el más alto pico de una sierra, lo dejó allí, y cuando bajó al llano, explicó a los demás animales:
- ¿Ven aquello que está allá? ¡Es una estatua, una obra maestra! La hice yo.

jueves, 27 de enero de 2011

El valor de las preguntas


Las preguntas constituyen una de las herramientas más útiles que podemos emplear cuando nos sentimos insatisfechos con el rumbo que lleva nuestra vida. Pueden ayudarnos a aclarar el panorama. Y también son de máxima utilidad cuando, superada esa etapa, nos decidimos de lleno a realizar un trabajo de cambio personal.

miércoles, 26 de enero de 2011

Algunas sugerencias para vivir en el presente

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Como decíamos en el artículo inmediatamente anterior[1], el único tiempo del que disponemos es el presente. No podemos no estar en él. Sin embargo, a menudo lo que hacemos es desconectarnos de nuestro ahora, y “fugarnos” hacia el pasado, hacia el futuro. Obviamente, se trata de una ilusión, pero como resultado de ella dejamos de experimentar plenamente el momento en el que estamos.

Hoy quiero compartir algunas sugerencias que quizás puedan ser de utilidad para centrarnos en el ahora.

lunes, 24 de enero de 2011

Centrarnos en el presente

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No tenemos otra materia prima, para modelar nuestras vidas, que el tiempo presente.
Eso no implica negar el pasado, ni el futuro.

El pasado
El pasado es todo lo que vivimos antes del momento presente. Nuestro nacimiento, nuestros primeros pasos, nuestro proceso de escolarización, las relaciones que fuimos tejiendo con nosotros mismos y con los otros, las creencias que adoptamos, todas y cada una de las experiencias que tuvimos. Todo lo que sentimos, pensamos, dijimos e hicimos hasta justo el momento previo a este ahora. Lo que leíste renglones atrás, ya es pasado.

miércoles, 19 de enero de 2011

Lo complicado, lo complejo, lo simple

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Nos habituamos a complicarnos la vida. Complicarnos la vida es generarnos trabas que nos impidan vivirla en plenitud. Buscamos problemas, los creamos donde no los hay, nos quejamos, acusamos, criticamos, juzgamos, sostenemos pensamientos limitantes, experimentamos emociones tóxicas, pronunciamos palabras terminantes, definitivas, no hacemos nada para movernos del lugar en el que estamos. Todo “es” muy complicado.

Lo paradójico es que, para complicarnos la vida, solemos recurrir a grandes simplificaciones. Explicamos nuestras vidas desde una posición de víctimas a las que “nos suceden” cosas. Somos hojas al viento, marionetas del destino, juguetes del azar. Repartimos culpas. A nosotros, a los otros, a Dios, a la genética, a los gobernantes. Algo, alguien, justifica por qué somos como somos, por qué nos pasa lo que nos pasa. “Juancito es un desgraciado”, “Olga me tiene una envidia bárbara”, “Pedro es un egoísta”, “Marcela me engañó”, “los dirigentes roban” y así podríamos seguir al infinito.

viernes, 14 de enero de 2011

Un pequeño cuento de Isidoro Blaisten


Un millón de sandías

Resulta que dos negros estaban dormidos en las laderas del Mississippi. Uno de los dos se desperezó, bostezó, suspiró y dijo:
- Cómo me gustaría tener un millón de sandías.
El otro negro preguntó:
- Rostus, si tuvieras un millón de sandías, ¿me darías la mitad?
- ¡No!
- ¿No? ¿No me darías un cuarto?
- No, no te daría un cuarto.

miércoles, 12 de enero de 2011

¿Cómo nos autoayudamos?


Comencemos aclarando que la expresión "autoayuda" puede resultar equívoca.

Es certera y sintética, pero también se halla tan manoseada que a menudo se la interpreta de un modo despectivo, como un simple recurso comercial para vender espejitos de colores, disfrazados de “recetas” y “métodos” que, supuestamente, nos permitirían modificar radicalmente nuestra vida. Es cierto, eso ocurre. Pero asumamos que si existen quienes venden sus “milagros de hojalata”, es nuestra la responsabilidad de comprarlos. Es verdad, a veces estamos tan desesperados, tan perdidos en laberintos a los que no vemos la salida, que echamos mano a lo que sea. Claro que sí. No somos “culpables”. Pero sí somos, aún entonces, “responsables”.

martes, 11 de enero de 2011

Siempre hay un maestro a mano

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Conocemos esta frase: “Cuando el discípulo está preparado, aparece el maestro”. Tiene amplísima circulación.

Suele usársela en este sentido: progresa en el camino de tu propia mejora, que cuando llegues a cierta etapa de él, aparecerá quien te transmita nuevas enseñanzas que te impulsarán aún más adelante. El presente es importante, pero sobre todo lo es en cuanto nos permite prepararnos para el contacto con ese maestro que nos permitirá incorporar nuevos conocimientos. Así, el futuro termina teniendo más “peso” que el presente.

No está mal. Al fin y al cabo, es un modo de ver las cosas que invita a “trabajar” sobre nosotros en el presente. Sin embargo, me gustaría invitarte a probar otra interpretación, a ver qué te parece.

lunes, 10 de enero de 2011

Un pequeño homenaje a María Elena Walsh

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Angelito, el ángel guardián (María Elena Walsh)

Había una vez un angelito que vivía en el cielo sin hacer nada, feliz entre los otros ángeles.
Algunas veces tocaba el arpa y otras cantaba una canción que decía así:

"Un angelito canta y vuela. No hace mandados ni va a la escuela.
Nadie lo reta, nadie le pega, anda descalzo, juega que juega".

viernes, 7 de enero de 2011

Un pequeño cuento oriental

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El ciego y la luz (cuento oriental)

Hace cientos de años, en un pueblo de Oriente. En una oscura noche sin luna, un hombre camina por las calles. Lleva en sus manos una lámpara de aceite encendida.
En cierto momento, se cruza con otra persona. Ésta, al verlo, reconoce en él a Guno, el ciego del pueblo, y le habla:
- ¿Qué haces, Guno, tú que eres ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves.
Guno le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de estas calles de memoria. Llevo la luz para que otros hallen su camino cuando me vean a mí.

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Creo que todos, absolutamente todos nosotros, somos faros. Unos faros que a veces somos conscientes e irradiamos luz, y otras nos apagamos y dejamos en la oscuridad todo a nuestro alrededor. A veces vamos más allá y, además de oscuros, es como si nos montásemos un equipo de fumigación y esparciésemos sustancias tóxicas. A veces, apagados, tampoco logramos reconocer la luz que nos brindan otros faros que aparecen en nuestros caminos.

miércoles, 5 de enero de 2011

Todos estamos conectados


A través de Facebook, Guillermo Urbaneja compartió un enlace a un video en Youtube que me resultó extraordinariamente bonito y pleno de significados. El video se llama “We are all connected” (Todos estamos conectados”) y haciendo click sobre el resaltado podrás ir a verlo.

El sitio original de donde surge este video es Sinfonía de la Ciencia, y se trata de un proyecto más que interesante. Se autodefine como “un proyecto musical encabezado por John Boswell, dirigido a difundir conocimiento científico y filosofía en forma musical”. Es un sitio donde pueden apreciarse diversos videos de forma absolutamente gratuita, aunque todo el material está en inglés y sin subtítulos. En la página de Youtube mencionada sí pueden hallar los videos con subtitulados en español (lo cual está muy bien para entender lo que dicen, pero también distrae un poco la atención de las imágenes y el sonido).

lunes, 3 de enero de 2011

Tiempo de balance

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Diciembre. Un mes cargado de sensaciones. Navidad y el cambio de año no pasan inadvertidos para casi nadie.
Cada uno transita este período como mejor puede, quiere, sabe o le sale.
Todo conspira para hacer de esta etapa un tiempo particularmente pleno de emociones. Se multiplican los encuentros, que para algunos pueden hacer más notoria que de costumbre la ausencia de alguien, para otros puede acarrear el disgusto de “tener que” compartir una mesa con aquel a quien no se quiere ni ver, y para otros más el agigantamiento de la soledad que viven todos los días, al no tener ni siquiera con quien reunirse. Para algunos son días cargados de la ansiedad de correr a comprar infinidad de cosas, para otros de la impotencia de no tener acceso a nada de lo tentador que ofrecen las vidrieras, para algunos son horas y horas de cocinar para toda una familia numerosísima, para otros tener que cumplir una cierta obligación laboral inexcusable.