“Si quiere reinventarse enfóquese en lo que quiere y no en lo que teme”
(Mario Alonso Puig)
Hemos hablado esta semana acerca de que vivir conlleva, necesariamente, correr riesgos, y que para vivir una vida con sentido no se trata de escondernos para mantenernos a salvo, sino de manifestar nuestro ser expresando contenidos que, a pesar de esos riesgos, justifiquen nuestros días.
También vimos que los problemas que experimentamos, quizás no radiquen tanto en lo que solemos creer, sino que esas causas que identificamos sean sólo aspectos de un panorama más complejo.
Hoy, a partir de la cita del médico español Mario Alonso Puig, podemos señalar que, cuando decidimos producir cambios en nuestra vida, si aspiramos a que los mismos sean profundos a la vez que duraderos, ellos implicarán, de algún modo, “reinventarnos”. Esto implica redecidir quiénes somos y manifestarnos en nuestra existencia de acuerdo a ese Ser. Si el proceso de cambio es sincero, y tenemos claridad respecto al mismo, esa manifestación que tendremos a partir de entonces será sustancialmente distinta a lo que manifestábamos con anterioridad. Re-elegimos, nos reinventamos y nos reconstruimos.
Una buena pauta para abordar este proceso de cambio es enfocarnos en lo que queremos manifestar, y no en lo que tememos, en lo que no queremos. ¿Por qué? Porque es conveniente para movernos de lugar. Si queremos pasar de un estado insatisfactorio a uno satisfactorio, y para ello debemos tener experiencias diferentes a las que ya tuvimos, no podemos vivirlas desde la reiteración de lo que ya probamos que no funciona. Para obtener resultados diferentes, es necesario emprender caminos distintos. Aunque tan sólo atendiésemos al aspecto “cerebral” de la cuestión (y, dicho sea de paso, la actividad cerebral parece ser cada vez comprensiva de diversas perspectivas de nuestra vida), repetir pensamientos y emociones no hace más que reforzar los procesos mentales que nos mantienen en donde estamos, mientras que abrirnos a lo nuevo genera, a su vez, nuevas conexiones celulares.
Anclarnos en lo que tememos, en lo que no queremos en nuestra vida, centrar en ello nuestra atención, es la mejor garantía de continuar reproduciendo eso mismo y no salir de un marco general de mediocridad. Pues si el blanco de nuestros “disparos” es no pasar soledad, asegurar la subsistencia, ser aceptados por otros, lo más probable es que a lo que en realidad le “acertemos” sea a un trabajo que nos frustre, una pareja que nos agregue soledad, relaciones conflictivas o asimétricas, etc.
Apuntar a lo que queremos, a lo que elegimos, es haber decidido previamente a nivel de nuestro Ser qué es lo que deseamos manifestar, enfocarnos en ello, y no aceptar cualquier otra cosa a la primera dificultad, al primer contratiempo. Persistir, con paciencia, en nuestras elecciones.
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Elegir nuestra meta y perseverar hasta alcanzarla!!! gracias Pablo!!!!
ResponderEliminarGracias a ti, querida Vilma!!!
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