lunes, 24 de enero de 2011

Centrarnos en el presente

(*)


No tenemos otra materia prima, para modelar nuestras vidas, que el tiempo presente.
Eso no implica negar el pasado, ni el futuro.

El pasado
El pasado es todo lo que vivimos antes del momento presente. Nuestro nacimiento, nuestros primeros pasos, nuestro proceso de escolarización, las relaciones que fuimos tejiendo con nosotros mismos y con los otros, las creencias que adoptamos, todas y cada una de las experiencias que tuvimos. Todo lo que sentimos, pensamos, dijimos e hicimos hasta justo el momento previo a este ahora. Lo que leíste renglones atrás, ya es pasado.


El pasado es inmodificable
Todo lo que está en el pasado, ya fue sentido, pensado, dicho y actuado.
No podemos viajar en el tiempo y hacer que lo que fue de cierto modo en 2003 o en 2009, sea de otro. Si nos quebramos una pierna, nos la quebramos. Si obtuvimos una medalla, la obtuvimos. En ese sentido, lo que fue, fue.
Sí, pero ….
Sin embargo, el pasado vive en nuestro presente de dos maneras.
La primera, porque es en función de nuestro pasado que hoy somos quienes somos y como somos. Todo lo que vivimos confluye en nuestro ser de este momento. Si el pasado hubiese sido diferente, nosotros hoy seríamos distintos.
La segunda, porque nosotros “traemos” nuestro pasado al presente. Pensamos en lo que vivimos, tenemos sentimientos acerca de eso, decimos palabras al respecto, y hasta nos comportamos en función de esa “actualización” que hacemos del pasado (porque no logramos cierto objetivo en el pasado, hoy ni siquiera lo intentamos, por ejemplo). Esto podemos hacerlo de dos modos:
a) Creciendo: Cuando revisamos lo que ocurrió, nos sentimos satisfechos y esa experiencia nos sirve para autoafirmarnos en el presente: si pudimos entonces, podemos ahora. O, cuando con la revisión no nos sentimos conformes, pero extraemos enseñanzas que podemos aplicar hoy: vemos que algo no funcionó porque pensamos H, sentimos M, dijimos P e hicimos W; si ahora sentimos, pensamos, decimos y hacemos F, existen muchas posibilidades de producir F.
b) Limitándonos: Cuando en el reexamen del pasado, nos sentimos disconformes y nos decimos: si no pude entonces, no puedo ahora; si fue así, va a ser así. Cuando observamos lo que ocurrió, pero no aprendemos: “no sé por qué sucedió así”; “fue culpa de zutano”; “es que siempre fui, soy y seré así”; “no tuve suerte, pero voy a hacer exactamente lo mismo a ver si ahora obtengo un resultado distinto”.
Todo esto significa que, pese a que el pasado es inmodificable, sí es reinterpretable: puedo, ahora, asignarle el mismo o diverso significado al que le atribuí en su momento, y puedo hacer eso tanto para crecer como para experimentar impotencia. Aclaremos que hablar de “reinterpretación” no alude sólo a una cuestión de pensamiento racional, sino que también pasa en gran medida por un trabajo del corazón, pues suele ser ésta la vía más efectiva para lograr trascender (que no es negar) el dolor.

El futuro
El futuro es todo lo que se halla del momento presente en adelante. Escapa en buena medida de nuestras manos, en cuanto no sabemos nada con certeza respecto a él, ni siquiera si estaremos vivos. Esto no debería deprimirnos, sino ser el principal aliciente para sacarle el máximo provecho al presente.
Fuera de ese punto, el futuro está en gran parte en nuestras manos. Así como el pasado condujo a que hoy seamos quienes somos y como somos, nuestro hoy llevará a quienes y como seamos en el futuro. Es que se trata del mismo fenómeno: cuando lleguemos al futuro, y éste se convierta en presente, nuestro día de hoy será el pasado. Es una simple cuestión de enfoque.
El futuro es imaginable
Así como cuando hablábamos del pasado veíamos que podemos “traerlo” al presente, con el futuro no podemos hacer lo mismo pues aún no existe, pero sí podemos imaginarlo. Y, también en este caso, podemos hacerlo de dos modos que influyen en nuestro día de hoy:
a) Creciendo: Si nos proyectamos positivamente al futuro, imaginándonos en paz, plenos de amor, felices, haciendo lo que nos gusta, relacionándonos con nosotros mismos y con los demás de modo satisfactorio, hoy experimentaremos pensamientos, sentimientos, palabras y actos que se hallen en consonancia con esa imagen. Creer que ese futuro es factible, es un impulso importante para elegir manifestarnos, hoy, de maneras que se hallen en sintonía con aquél.
b) Limitándonos: Si, en cambio, imaginamos que el futuro será peor que el presente, o igual de insatisfactorio, eso nos conduce al desánimo en nuestro hoy, pues nada vale la pena cuando los resultados esperados son más de lo mismo. Si llegamos a imaginar un futuro más pleno pero, a la vez, damos cabida a miedos que sean tan o más poderosos que esa imagen, esta terminará siendo neutralizada por esos temores, y la conclusión será casi la misma que la que recién mencionamos: nuestra vida puede ser mejor, pero también peor, así que preferimos quedarnos como estamos: “Más vale malo conocido …”
Sí, pero …
A diferencia del pasado, que ya fue, y por tanto es inmodificable, el futuro aún no es. Es puro potencial. Pero como ese potencial se irá actuando a través de lo que vayamos pensando, sintiendo, diciendo y haciendo en sucesivos momentos presentes, significa que, a través de esas manifestaciones, podemos ir moldeando cómo será el futuro cuando llegue a ser presente. De modo que el futuro, además de imaginable, es moldeable: podemos decidir y elegir hoy en qué dirección queremos avanzar en nuestra vida.

Un breve resumen
Conviene que retengamos los siguientes puntos:
. El pasado ya fue. El futuro aún no es. El presente es lo único que tenemos realmente disponible para manifestarnos.
. El pasado es inmodificable, pero extiende sus influencias al presente por dos vías:
-             En función de lo que fuimos, hoy somos.
-             Revivimos el pasado, también de dos modos:
      a) Creciendo: Cuando el pasado nos reafirma positivamente en el presente, o cuando extraemos enseñanzas de él.
      b) Limitándonos: Cuando nos reafirma negativamente en el presente, o cuando no aprendemos de él.
. Por todo ello, aunque inmodificable, el pasado es reinterpretable.
. El futuro es imaginable, y podemos hacerlo de dos modos:
  a) Creciendo: Cuando nos proyectamos hacia una vida más satisfactoria que la que vivimos hoy.
  b) Limitándonos: Cuando nos proyectamos hacia una vida menos satisfactoria o, cuando pese a que imaginamos una posibilidad más plena, también proyectamos miedos iguales o más poderosos que ella, y estos terminan venciendo.
. El futuro es moldeable, y el molde que usamos para darle forma es nuestro presente.

El presente
Una vez que tenemos claro que el pasado ya fue y que el futuro aún no es, deberíamos ver igual de claro que lo único que ES, es el presente. Es el único espacio temporal en el que podemos manifestarnos activa y plenamente en todos los niveles de nuestra existencia (pensamiento, sentimiento, palabra y acción). Es el único lugar desde el que podemos mirar hacia el pasado y hacia el futuro, y elegir cómo es esa mirada. Es el único lugar desde el que podemos asomarnos a las experiencias que ya vivimos, y a las que queremos vivir, y decidir cómo enfocarnos respecto a ellas.
El presente es el único momento en el que podemos actuar.
El presente es el único momento en el que podemos cambiar.


Desde ya te agradezco tu visita, tu atención. Si querés compartir tu comentario conmigo y con otros visitantes, podés usar el espacio que hay aquí abajo. Si esto te gustó y querés compartirlo vía Facebook, Twitter, etc., también aquí abajo encontrarás los botones para hacerlo. Si querés regalarme el placer de tu compañía en mi página en Facebook, en el lateral derecho encontrarás la opción para unirte. Gracias! Pablo

4 comentarios:

  1. Como bien dices, yo vivo en el presente, el día a día, para mi ahora mismo es lo más importante, también pienso en el futuro de una forma de crecimiento, por necesidad y porque lo deseo.
    El pasado estará siempre dando lecciones, de las que debemos aprender sin hacernos daño.
    Gracias por compartir tu tiempo con nosotros.
    = )

    ResponderEliminar
  2. Hola querida Marisa! Comparto al 100% tus palabras. Eso es decir de manera sencilla cosas profundas. También agradezco tu tiempo, tu presencia constante. Enorme abrazo! Pablo

    ResponderEliminar
  3. Hola Pablo:
    Gracias por este interesante artículo.
    PErsonalmente, he aprendido que lo único que tenemos es el presente: hoy y hay que vivirlo positiva e intensamente porque una vez que se va, es pasado y no cuenta.
    Como bien lo dices, el pasado ya pasó... se fue y si algo ha de servir para algo , que sea para corregir errores, aprender las lecciones y seguir adelante.
    siempre es un gusto visitar tu Blog :) Saludos

    ResponderEliminar
  4. Hola Martha!
    Muchas gracis por tus siempre alentadoras y profundas palabras. Como dices, no tenemos más que el presente, por eso es ilusorio "saltar" al pasado o al futuro, porque realmente no nos movemos del único lugar donde podemos estar pero, al no ser conscientes, lo desaprovechamos.
    Coincido con tu perspectiva, aprender para seguir!
    Cariños Martha,
    Pablo

    ResponderEliminar